De la mano de...

Caminando por el centro de Medellin para ir al metro me encuentro con un hombre.
Bien plantado y con un hablado hasta bueno me habla de que "la luz me ha iluminado", y de que "el camino no lo habia encontrado sino que el camino me encontro a mi".
Desconfiando por lo que le paso a mi amigo involucrado en la aventura al desierto (La historia la volvi un cuento y el que quiera se lo mando), rehuso a acompañarlo.

El hombre insiste (maravillosa cualidad de los protestantes evangelicos), a lo cual hago un ademan que seguro no es apropiado para su religion.
"Satanas esta entre nosotros y lleva de la mano a este hombre" grita el hombre señalandome.
Yo se que soy feo pero tampoco como para que me "banderee" en mitad del centro.